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¿Y ahora quién cuida de ellos?. Los niños que se quedan cuando sus padres son deportados

  • Foto del escritor: Mónica Aguilar
    Mónica Aguilar
  • 9 jul
  • 3 Min. de lectura

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Por Mónica Aguilar




No soy una persona que ve noticias todo el día ni hablo de política. No es lo mío. Para hablar de algo, necesito entenderlo bien, sentirlo y poder sostenerlo con información real. No tengo partido político. Pero tampoco puedo hacer como que no pasa nada. Eso sería inhumano.


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A principios de este mes, después de mucho tiempo, me tomé una semana y media para visitar a mi familia en Europa. Fue un viaje lleno de amor, desconexión y presencia. Pero al regresar a California, todavía sin bajar del avión, mi teléfono se llenó de mensajes: “¿Están bien tus hijos? ¿Estás tú bien? ¿Estás segura?”. No entendía. Fue en las redes sociales donde empecé a ver lo que estaba pasando en Los Ángeles.


Días después, teníamos planificado impartir un curso de crianza en varias charter schools que ofrecen estos espacios de verano para las familias. Era una oportunidad hermosa para acompañar, compartir y sostener pero nos cancelaron. Nos explicaron que varios padres habían sido deportados, que muchos niños se habían quedado aquí y que las escuelas estaban enfocadas en contener, en acompañar a esos pequeños que, de un día para otro, ya no tenían a mamá ni a papá.


No puedo dejar de pensar en esos niños. ¿Quién los acompaña por las noches? ¿Quién los recoge del campamento de verano, les hace la cena o les escucha los cuentos que tienen en la cabeza?


Y también pienso en quienes, con amor y urgencia, han abierto su hogar para recibirlos. Abuelos, tíos, madrinas, vecinos… Personas que quizá no estaban preparadas para convertirse en cuidadores principales, pero que hoy lo son. Esta también es una nueva familia. Una nueva realidad. Y merece ser acompañada, orientada y sostenida con cuidado y sin juicio.

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Esto no es política. Es humanidad. Es compasión.


Desde mi espacio —como mujer migrante, madre y profesional del acompañamiento familiar— me nace una pregunta muy sencilla y muy real: ¿Quién está sosteniendo a esos niños hoy?


Si tú también sentís que no podés mirar a otro lado, te invito a abrir el corazón. A que hablemos, que miremos con compasión y que pensemos, juntos, cómo podemos ser esa red. A veces basta con estar. Escuchar. Sostener.


Si este mensaje tocó algo en vos, estás invitado a mi mesa. Una mesa donde caben todas las culturas, todos los acentos y todas las formas de amar. Porque si no somos nosotros, ¿entonces quién?


Acerca de Mónica Aguilar


Mónica es la creadora de Bona Nit Petit, una metodología de acompañamiento integral para madres y padres, con foco en el sueño infantil, la lactancia, el puerperio, la alimentación complementaria y la crianza respetuosa. Pero su historia no empieza en un aula ni en una consulta, sino en la soledad de una noche interminable, con su hijo menor en brazos, lejos de su país, sin tribu, sin manual y sin dormir.


Inmigrante y madre de tres hijos, Mónica vivió en carne propia los desafíos de la maternidad en un contexto desconocido. En ese caos, descubrió lo que muchas mujeres sienten pero pocas se animan a decir: que criar también puede doler, que el instinto necesita apoyo y que maternar sin red es demasiado para una sola persona.

De esa vivencia —profunda, intensa, transformadora— nació su vocación: brindar a otras madres lo que a ella le faltó. Acompañarlas con información actualizada y con una mirada empática y realista. Porque no se trata de hacerlo todo “perfecto”, sino de entender que cada familia es única y que hay muchas formas de criar bien.

Mónica Aguilar
Mónica Aguilar

Formada profesionalmente en múltiples disciplinas vinculadas a la primera infancia, Mónica ofrece asesorías individuales, charlas, talleres y grupos de acompañamiento. Su abordaje combina conocimientos técnicos con una comprensión profunda de las emociones que atraviesan la maternidad: el miedo, la culpa, el agotamiento, pero también la ternura, la fuerza y la enorme capacidad de transformación que implica traer un hijo al mundo.


Su enfoque se aleja de los modelos rígidos y propone una crianza con información, respeto y libertad. Con Bona Nit Petit, Mónica creó no solo una marca, sino una comunidad. Un espacio donde las madres pueden contar lo que realmente les pasa, donde las preguntas no incomodan y donde se prioriza siempre el bienestar de toda la familia.


Hoy, desde su nueva tierra, Mónica acompaña a mujeres de distintas culturas y contextos, demostrando que la maternidad puede ser vivida con menos exigencia y más tribu, aun en la distancia. Su historia es la de muchas mujeres que transforman su dolor en propósito y su mensaje es claro: no estás sola y siempre se puede criar con amor y sin culpa.



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